Alfonsito el gusanito

*Para celebrar estas fechas navideñas un cuento, y nada de motos, en su lugar una de insectos que también son criaturas interesantes.

Alfonsito el gusanito eclosionó de manera fortuita una soleada mañana de junio, nadie vio depositar el extraño huevo a criatura alguna, únicamente que allí estaba entre otras bolas protuberantes distintas a él. Primeramente pensó que en toda familia siempre algún miembro era distinto se consideraba el “gusanito feo” pues.

También se fijó unos días después además de las diferencias físicas con sus hermanos existían otros en aquel lugar, una comunidad de insectos de lo más variado poblaba la grieta de aquel árbol centenario, las diversas criaturas elegían su cobijo para depositar allí sus futuras larvas creando un verdadero crisol.

Allí se crió Alfonsito el gusanito, haciéndose amigo de huevos, larvas, gusanos, pupas e individuos adultos. Los que más le atrajeron desde el principio eran sus “hermanos» estos ya eran unas pupas muy llamativas de un aspecto fiero con un humor muy ácido. Reían, jugaban, hacían travesuras incluso a insectos mayores, siempre Alfonsito el gusanito era el blanco de sus pesadas bromas, lo desconsideraban tanto que solía quedarse en soledad a parte del grupo.

Otros insectos veían la situación y se lo decían:

— ¡Date cuenta cómo te tratan “Alfonsito el gusanito»!

— ¡Son Mantis Religiosas y por ello son muy interesadas y déspotas!

Pero él las disculpaba aduciendo que era menos de lo que parecía en realidad.

La vez que hicieron una excursión al cercano panal de las Abejas, no le dijeron nada quedándose solo.

La máxima de “Alfonsito el gusanito” era ser amigo de todo el mundo sin importar sus características.

Aquel día llegó a la grieta del Árbol madre una enorme Avispa en muy mal estado la gasearon con insecticida, hablaba muy raro. Él la acomodó en el fondo de su rincón tapándola con una hoja de Eucalipto, le dio gotas de Rocío, Savia y algo de Polen.

En poco tiempo se recuperó, Alfonsito también le enseñó el idioma a la par que la cuidaba. Cuando se repuso le dijo que era una reina Vespa Velutina y le correspondió como muestra de gratitud haciéndole una casa similar a sus nidos. Masticando madera y amasando con sus patas delanteras.

Cuando hubo acabado aquel nido para Alfonsito las envidiosas Mantis querían todas y cada una casa como aquella para sí , la Avispa asiática se las hizo ya que también tener aquellas pupas como amigas le beneficiaba. Así llego a formar parte de aquel grupo: jugaban, reían, bebían Rocío y libaban Savia, hacían enfadar a la mayoría de insectos con sus pesadas bromas.

Volvía a estar en solitario “Alfonsito el gusanito”, se metió en aquel enorme obsequio haciendo acopio de muchos nutrientes para una temporada.

La reina asiática empezó a llenar de la noche a la mañana las “casas” de las crías de Mantis de huevos suyos y las Vespas Velutinas nacientes acaban por desahuciar a estas creando sus propios avisperos. Las voraces recién llegadas hacían estragos entre la comunidad y la cercana colmena de Abejas.

Mientras tanto dentro de la “cobertura» regalada a “Alfonsito el gusanito” este no sólo había cambiado de color a otro más oscuro y su tamaño aumentado tanto que terminó por ceder rota, una Cigarra amiga suya y unas cuantas Hormigas voluntariosas consiguieron que una pareja de Gusanos de Seda tejieran alrededor un inmenso capullo para que su metamorfosis sea idónea.

Las invasoras continuaban su devastación, las Mantis ya eran jóvenes adultas y de “Alfonsito el gusanito” nada se sabe, continuaba en su extraño capullo.

De pronto un ruido estremecedor llamó la atención a todos los habitantes.

Al mirar de dónde venía un gran Escarabajo saliendo de entre los restos de el “extraño envoltorio» , todos intuyeron quién era.

Se había convertido en un Escarabajo Goliathus y estaba tan hambriento que devoró lo que fuera su habitáculo estos días atrás.

Y continúa con los otros avisperos haciendo que sus ocupantes los abandonen y también se come algunos trozos de árbol….

Debido a su gran tamaño ni siquiera las ya adultas Mantis se atreven a contrariarle.

Y el mundo siguió girando.

Fotografía cortesía de https://www.pexels.com/es-es/@pixabay

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