Letras & Moto 2022.

Hace una semana estábamos allá disfrutando entre amig@s, queda tan lejos… siete días han pasado, y todavía no me he bajado de la nube, pero había que escribir una crónica, un texto, un algo…

Ahí vamos, desde «detrás de la barra» se ve todo de otra manera a sí que os contaré el antes, las vísperas de lo que perpetramos. Andaba desde el día de antes con los nervios a flor de piel, que digo yo la preocupación y el miedo ese que decían escénico lo tenía desde que me enfrasqué en esta aventurilla.

A quien se le ocurriría juntar en primera instancia literatura y (después) otros soportes de difusión con las motocicletas… a un servidor.

Como a todo el mundo la pandemia nos dio por saco… y una vez “acabada” seguimos adelante con ello. Reiniciamos. Pues eso, el jueves 12 por la tarde me prometí hacer una lista con cosas pendientes para hacer y llevar, preparar, etc. Pero como viene siendo habitual no la hice, además de haberla hecho seguro qué, o la habría perdido o obviado. Soy así. El viernes nos lo tomamos con calma, sobre la 9 horas ducha más desayuno sentado y oyendo la radio, eso para mí ya era algo magnífico, tal vez un buen presagio. Pero era viernes 13, uno no es supersticioso pero sí un gafe empedernido, eso anula a lo anterior como la piedra a las tijeras y estas al papel.

Así pues preparamos todo lo “llevable” (como siempre algo olvidamos) y me fui a por la moto, al no tener garaje en casa pues paseíllo y después traerla hasta casa con todo el tiento del mundo (ya que en esos trayectos cortos suelen ocurrir “cosas”) para cargarla, que parecía que nos íbamos al Cabo Norte. Un coche aparcó delante de mí quitándome el sitio y teniendo que subirme a la acera para disponer todo sobre la moto. Bajamos toda la impedimenta de un único viaje en el pequeño ascensor este parecía el camarote de los Hermanos Marx, le dije a Merche de echarnos una lucha de patadas voladoras pero desechó el ofrecimiento, al salir del ascensor la señora de la limpieza tenía el patio recién fregado y por una vez fui pisador en vez de pisado, le pedí disculpas. Una vez puestas las alforjas de nylon en los soportes con bridas de plástico, fui a bajar la moto de la acera y pasaba un coche ella me dijo :—¡Cuidado!

Yo pensé se refería a este y yo que tenía controlado el vehículo, pero el aviso era por un bolardo que hizo que la alforja derecha se quedase en el suelo. Pequeño contratiempo que se solucionó con más bridas por supuesto y bronca de ella. Una vez atada con cierto estrés ya que habíamos dejado la moto en un lugar donde una señora quería aparcar con el coche, y reclamaba su sitio con el claxon: otro poquito de estrés.

Salimos con extremo cuidado y cierta precipitación, tal fue que no sé que hice con el chisme ese de comunicarme con Merche desde el casco, y los casi 50 kilómetros de autovía me los pasé diciendo hola o ¿me escuchas? cada cinco minutos y escuchando pitidos como si fuera una conversación de robots de Star Wars. La verdad es que no hacía falta el dichoso aparatejo en tan corto trayecto pero así estuve todo el camino entretenido pero no distraído de la conducción. Llegamos por fin a Altura y me doy cuenta que en el odómetro hay cinco seises y me paro a hacer una foto para inmortalizar el momento… es el número de la bestia más 66, vamos un repóquer de seises, veremos qué pasa es viernes y 13, mal fario.

Ya en el pueblo círculo por la carretera que lo bordea a velocidad de paseo nos sale por la derecha de una calle de la Villa una ambulancia del SAMU como diría un amigo a “pijo sacao”, el chófer y yo nos miramos por un segundo y yo detengo la moto sin dificultad, la ambulancia gira delante de nosotros y pasa con sus luces y sirenas a toda velocidad. ¡Glub, ha estado cerca!

Continuamos y cien metros más adelante nos detenemos en la puerta del Hostal Victoria sanos y salvos, hemos “matado al malo” y pasado la pantalla. Qué nos echen videojuegos de estos.

Luego días después hablando con alguien me diría que un viaje es una aventura aunque sea a un lugar no muy lejano, creo que tiene razón.

Tras unos abracitos con Pilar alma mater del Hostal nos instalamos, todo el fin de semana me confundiría de habitación esto de ser disléxico de dirección es lo que tiene. Celebramos que la montaña rusa se ponía en marcha con unas cervezas (la mía 0,0°) al momento llegó el staff de Cuento contigo podcast, Mikel de la misa, su esposa y la perrita chihuahua Lola, a los segundos ya era como si les conociésemos de toda la vida, comimos allí y continuamos con la fluida conversación (tengo pendiente enviarles la receta del “Ajaceite”).

A partir de las 16 horas ya teníamos algo de lío había que probar el tema de los reproductores de imagen y sonido, fuimos primero a la Iglesia Primitiva, no hubo problemas el retén de la policía local estaba al lado y un agente amabilísimo nos la abrió y encendió las luces mostrándonos todo lo que debíamos saber, cosa que no impidió que nos llevaremos un susto al enchufar los bafles y estar a todo volumen que bajamos inmediatamente, había que reírse tras unos segundos de tensión, para probar el proyector y el sonido puse un pendrive en este estaba el vídeo que hicimos con las fotos de Pascual Molina para su homenaje póstumo al día siguiente, ella me dijo al ver que todo funcionaba en orden que lo quitase, la desoí me quedé viéndolo y allí me emocioné pese a haberlo visto ya.

Acto seguido fuimos a la Cartuja de la ValldelCrist ya estaba allí el amable policía local que abrió el monumento para nosotros, volví a quedarme maravillado con el lugar, anduvimos preparando cosas y revisando funcionamiento de audiovisuales, aunque los micrófonos me guardaban una sorpresa para el día siguiente. Revisamos y preparamos cosas para la jornada venidera, ya llegaban algunas personas a preguntar por el encuentro.

Cuando volvimos al Hostal Victoria el ambiente se podía palpar, reencuentros, abrazos, grato momento… ya en cuadrilla nos dirigimos a cenar al restaurante La Glorieta no andaríamos ni 100 pasos desde allí. Lo que era Una única mesa para 10 o 12 se convirtió en un par de mesas para 23 personas. Interesantes conversaciones, risas y alguna anécdota, en esas me entra un WhatsApp de la editorial Interfolio Libros que habían tenido un percance de camino en Valladolid, por suerte sin resultados graves para su salud, me quise morir pues días antes La Mala Suerte Ediciones declinaba su asistencia por motivos de salud, otro imponderable añadido. No sabía cómo íbamos a lidiar con aquello. ¿Cómo sustituiría la actuación de ambas editoriales? Era un plato fuerte y no se había caído una sola si no las dos, maldito viernes 13.

Y mientras nos servían la cena me acerqué al Hostal de nuevo a por algo que había olvidado y suena el teléfono: era Juan Carlos Toribio que estaba en Soneja, a unos 10 kilómetros pero no tenía habitación… por suerte Pilar estuvo al quite y le pudo ofrecer una. También llegaron entonces Óscar y Merche unos amigos que venían desde un pueblo de Girona, dos fuertes abrazos y subida de la alegría por metro cuadrado en el lugar, le dije que apurarse y se vinieron a cenar.

Tras acabar en el restaurante nos retiramos prudentemente a dormir debíamos madrugar… al día siguiente por fin llevaríamos a cabo el Primer Encuentro Letras & Moto de Altura, pero eso ha es otra historia.

*Ahí dejo 50 fotos y un enlace con otras tantas para sí alguien quiere descargarse alguna.https://photos.app.goo.gl/cjmfa5FWoteAeTuQ6

2 comentarios sobre «Letras & Moto 2022.»

  1. Gema de los Reyes dice:

    Pues a mi me parece fantástica esa idea, para una apasionada de la literatura , de los viajes y también de las motos, un evento así lo encuentro maravilloso. Pena que no pude asistir al del año pasado, espero que continúes con más ediciones y desde luego que no me las perderé.

    Responder
    1. rpm.64@hotmail.com dice:

      Hola Gema, perdona que te conteste ahora pero tengo abandonado este blog, gracias por leerme. En cuanto a Letras & Moto 2023 no se a día de3 hoy si sé podrá celebrará ya que hay unas elecciones municipales justo en ese mes y depende de la corporación municipal que salga victoriosa, de todas formas ya informaré.
      Gracias nuevamente y un saludo.

      Responder

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